Memoria del Recuerdo
Por los días vencidos y que mi memoria rescata.
Pensando, soñando despierto; enredando palabras
en los árboles, en la sombra, en el alma.
Por mi madre y su permanente tranquilidad
ante los problemas cotidianos.
Por la extraña alegría que sentíamos juntos
cuando la vida nos envestía con dureza
(aún recuerdo la ternura de sus manos
en mi ropa recién lavada).
He vivido demasiado aprisa.
Siempre dejé mi corazón como un libro abierto.
Confieso que todas las novias que tuve
las amé, sin dejar nada por fuera.
A mis amigos que jamás los abandone en el pensamiento.
Por mi juventud que no fue de las mejores,
pero que fue mi mejor maestro.
Cuando muera no quiero lágrimas, ni recuerdos,
disimulen que existo, que vivo, que estoy cerca de ustedes;
cuando sientan que el viento
les roza las mejillas, las orejas,
soy yo quien les habla.
Nain Serrano
Nubes
Hojas flotantes. Pedazos de sueños.
Llanuras aéreas. Caballos de viento.
Sonrisas elevadas.
Humo que sale de la boca del cielo.
Residente
Resido en la noche en la que escribo.
Llegan de súbito
recuerdos de mi precoz infancia.
Estas paredes aprisionan los latidos
de mi juventud.
El ambiente acumula
voces desconocidas.
La madrugada se come los sueños.
Besos rítmicos, caricias de sol; el sexo
consumiéndose en los ojos y los cuerpos.
Naufragio de estrellas, sombras
deslizándose en las calles.
Y yo; residente del sitio de mis creaciones.
Palabras a mi madre
Mi madre tiene gastados los pies.
Su brazo esta dormido.
Hace lo imposible todos los días.
Mamá es un cielo apacible
me escucha igual que el silencio.
Sueña lo que el destino le negó.
Da sus manos al tiempo
para que la vida no me sorprenda.
Hace lo imposible
mi madre es profeta de mis pasos.
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