jueves, 30 de julio de 2009

"El prodigio de los principes" (cuentos)de Oscar Amaya Armijo

El prodigio de los príncipes de Oscar Amaya Armijo


De alguna manera conocemos al poeta y narrador Oscar Amaya Armijo, en el adalid de la cátedra y en el sopor cosmogónico de la poética Neo barroca. Esta vez da un viraje a la narrativa aunque ya tiempos lo viene cultivando en los surcos del silencio de periódicos nacionales. Trastabilla mundos llenos de fantasía y una territorializacion por lo maravilloso, realzando lo cotidiano en un vaho de sub-realidades oníricas que vertebran su macrotextualidad ficticia o ficcional. Sus relatos nos interceptan con la dialogicidad cultural de la que nos confirma-Bajtin.Texto poliperpectivo por el entrecruce irónico de los acontecimientos de cada cuento que es visto desde una ventana onírica, y de la exactitud de una semiosfera de imaginación en la que se desdobla la fictividad-mágico-maravilloso en una enunciación en la que la ironía rompe el contexto para sinexar mundos contrarios. Oscar Amaya espacializa sus relatos, plantea una discursivizacion dimensional y abarcadora del signo estético, le da esa cobertura a lo imaginario a medida avanzamos en su lectura. En el primer relato “Clandestino en la sala de exposiciones “inicia con un nombre que al afrontarlo en el espejo se entrevé el propio apelativo-nombre del autor, nos damos cuenta de la referencialidad protagónica en la que dispersa una atmosfera de extrañeza (Rasco Ojimra) es decir “Oscar Armijo”.Desecadena a través de un punto de vista en primera persona-personaje-protagónico-principal en la firmeza de su papel actancial dentro de la estructura del relato. La construcción de una frase acertada en el eje paradigmático y en el eje de combinación, es decir el pulcro manejo de la palabra, de la lexía. Evita caracterizar personajes guisos o planos, les da vida, respiran.Este relato es una túnel de búsquedas sempiternas hacia la historia de la humanidad, por lo tanto trasciende con ese sabor universal que enuncia o dibuja en sus relatos recurrentes. Según Yuri Lotman, sus relatos o narraciones se conjuntan y adjuntan signos culturales, cuando hace alusión a Europa, a Cristóbal Colon o cuando menciona Alejandria, ese encuentro dialógico con los lenguajes y los acontecimientos de civilizaciones distintas que le da ese intesecto histórico y semiótico literario. Domina el juego temporal, el paralelismo del ilocutio, fineza para abrir las rendijas que desenovillan la trama, para inquirir en una galaxia de imagineria.Oscar Amaya nos sorprende sin equivocarnos. Este gajo de relatos. Como el “Pugilato”, sospecho que el autor se involucra como personajes y logra esa anexión con el lector, se pone en practica las teorías de Paul Ricour .una voz que incurre desde el ontos-creador, propio del escritor que bulle planteando una historia dentro de otra, lo que algunos teórico le denominan “Caja China”,el asunto es que el relato nos involucra como lectores a captar los réflex históricos del contexto en que hemos vivido como la política (Carias Andino, Ángel Zúñiga Huete),nombres marcados en la simiente de la historia de Honduras pero que se fraguan y se ponen al filo de la navaja en lo insólito de la burla y la caricaturización retorica que hace desplomar los marasmos en se han vertido en los intereses de la patria., estos relatos nos empujan a zambullirnos en la macrotextualidad fantástica de sus cuentos.





En el relato “La voz”, hace alusión a un narrador-personaje que relata desde la muerte su aborigen filibustero a través de una sensación onírica. “La noche de Raquel Aparicio”, se descuella la historia de una época oscura y feudalista del puño selvático del dictador Carias Andino, el relato redondea un acontecimiento sencillo con una escritura fina y pulida en el arte de contar ,me parece que el relato lo estamos escuchando con los oídos agudizados en el plano de la oralidad en la forma escrita, “El sueño de Polemarco” un encuadre irónico de vanaglorias políticas, su estrategia narrativa seria la ensoñación, cuando el personaje Polemarco ensueña estar en el imperio Romano, visualizando a Cayo Antonio, al Cesar, que eran los máximos poderíos de la cultura política latina dentro de la historia universal, los inserta en nuestro contexto histórico haciendo una simbiosis literaria-histórico. , crea un paralelismo prosopopeyico creando un polisenso historicista que revela la esencia del contenido. Aquí el autor maneja un sistema micro lexical del medio contextual, Polemarco nos delimita o nos remite al gobierno de Villeda Morales (Morales-Romano), esta sinexion (unión de polos contrarios), habría que entender la Historia de Honduras, porque este relato rezuma y sintetiza de modo irónico y carnavalesco nuestra historia local con la universal, al final nos dice que le poder inmortaliza. “Esta furia que no cesa”, veamos a Melisa que cumple la tarea de buscar a su marido, la frustración no encontrarlo (Luis se ha convertido en libro), este es el punto mágico-maravilloso que nos desploma el realismo y nos hace caer en el goce textual, la ironía de que Luis este transformado en libro, entramos en una condensación intelectiva del desparpajo, Luis mira que un hombre le hace el amor a su mujer, se abren las rendijas en el asome sutil de la cortina de la imaginación, lo risible penetra como alfiler en la lana de la sensibilidad, esa juntura seudoerotica,es un relato de máximo logro artístico para ser juntado en una antología de cuentos a nivel centroamericano.
“El prodigo de los príncipes “este relato intitula el libro. Los personajes zoomórficos, se inicia donde un reptil tienen la tarea de buscar a su princesa, una bruja los convirtió en animales. El simbolismo del cual Ernest Cassirer “la serpiente es la fuente de sabiduría en los hindú, en el cristianismo es condenada, representa el pecado original”. En este relato la serpiente tiene la función actancial de ser buena y no la villana o dañadora, mas anda en la capital de Teguscigalpa, que acaba de ser inundada (me remite al intertexto del diluvio en Nínive en la biblia) El personaje principal que esta narrando tiene caracterización humana, es victima del miedo hacia el reptil “me había orinado en los calzones”, la serpiente lo sigue, hasta que logra alcanzarlo. “No huyas pequeño mortal”, atribuirle lenguaje a un animal me hace entrar en el trance de la fabulación, el relato se incrusta en la fictivizacion mágico-grotesco, por la percepción del personaje animal-humano. esta apariencia lo que define como marxista lo expresa el personaje-humano que se siente con una visión del mundo socialista, por lo que no deja de entrever ese entrañamiento,el alejamiento de lo real, la ruptura de lo palpable, en todo momento nos comprime y no nos deja hacer roce con la realidad objetable.




Ese trance cataléptico, un relato brillante que me deja en suplico desde el inicio, luego respiro tranquilidad cuando entro al vislumbre del mito de la ninfa y del príncipe. La especialización local de Comayagüela, el mito de la sirena es de origen griego. La bruja Balama me suena que las insinúa del sucinto mundo infernal del Xibalbaa o del Quiché. Esa simbiosis poliédrica de unir lo local con lo uiniversal, lo mágico con lo real. La serpiente es un símbolo que lo encontramos a lo largo y ancho de la literatura universal. (El Genesis, El Gilgamesh, El anillo de los Nibelungos y la Ilíada, hasta en el libro cinematográfico de Conan el Bárbaro).

Narraciones que trazan una directriz de lo insólito que nos abre compuertas, también en “Crónica Virtual”, lenguajes catualizados, submundos mágico, personajes bien logrados, con un estilo sobrio y depurado. Relatos que no exponen una trama romántica o vacías, su creatividad esta sobre las plataformas anacronistas, sobre el tejido de lo común, un traslape de lo real con la firmeza de decantar lo fantástico. Lo maravillosos volcado en el cascaron del irracionalismo, de lo absurdo, de lo irónico de la conciencia colectiva, del réflex político que se connota, que se diluyen en la boca de los personajes, voces adheridas a las realidades históricas que onirizan, ese asalto esperpéntico del espacio real a lo imaginario. Recurrente, imaginativo y sobre todo original, historia jamás contada o escuchada, su prodigio esta ahí en un estilo terso, manejo de la frase ilocutiva, de una plurivocidad del narrador, de la atrofia o ruptura de los juegos temporales, el dominio lexical y linguistico.Oscar Amaya, trasvasa e implosiona una nueva forma de contar, humor certero, esa anacrusis en la ironia, al final este libro de relatos nos deja la ubicuidad de la “Sindéresis” es decir “en la perdida de juicio que nos llega por su forma lúdica y formal de relatarnos universos en el alma, en el coturno de la idiosincrasia.

Oscar F. Sierra

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